Si lo de memorizar para defender un tema por escrito en la oposición ya suele poner los pelos como escarpias a la mayoría de los profesionales, perdóname, pero a mí lo que aún no acaba de entrarme en la cabeza es la utilidad de memorizar la bibliografía en los tiempos que corren. Su autor, su año de publicación exacto, su título, su lugar de publicación y la editorial ¡como mínimo! Porque si citamos capítulos de libros, con varios autores, o publicaciones especializadas, con sus números de volúmenes, épocas, colecciones y páginas ¡es un sinsentido! La cuestión es que a la hora de estudiar la bibliografía para las oposiciones lo que rige es lo recogido en la convocatoria o en los criterios de corrección de la defensa del tema escrito y, a la espera de que se publique próximamente la que me atañerá de forma directa, en la última sí se especificaba que los temas deberían contar con diversos puntos evaluables, entre los que se encontraban el tener un índice con los contenidos que se fuesen a desarrollar y su correspondiente bibliografía.
Antes de meterme en faena para intentar memorizarla, pensé que sería un mal menor: a fin de cuentas, estaba memorizando cientos de folios ¿qué más daría meter unos cuantos más con estas referencias? Pues sí que da, sí, porque en este apartado no se trata de comprender, interiorizar y expresar lo aprendido con tus propias palabras, sino de citar literalmente los títulos de tus obras de consulta. En un ataque de desesperación por lo mal que se me estaba dando la tarea, compartí en Instagram mis desvelos en busca de inspiración ajena y aquí os traigo lo más granado de las técnicas que usan otros compañeros de cara a estudiar la bibliografía para las oposiciones.
Simplifica. Bibliografía genérica por bloques temáticos
Este fue uno de los primeros trucos que comencé a aplicar por pura lógica. Por ejemplo, si estás estudiando la literatura española del Barroco, aprovecha para buscar manuales que te sirvan tanto para la narrativa, como para la poesía y el teatro. Si son aún más genéricos del tipo “Literatura española del siglo XIX” ¡dale! Que con unos cuantos titulitos de autores de relumbrón en tu ámbito de conocimiento te ventilas un montón de temas. La ventaja es la reducción del número de libros que tendrás que memorizar. La desventaja es que pueden resultar poco específicos. En mis intentos por darle un toque personal, estoy realizando una mezcla para insertar al menos un libro especial de cada tema ¡pero cuesta mucho! Si hay suerte, tienen títulos muy llamativos (no como el anteriormente citado) y entonces es más fácil retenerlos en la memoria. En cualquier caso, no selecciono más de 4 libros para la bibliografía de un tema, si bien en el desarrollo del mismo puedo citar a otros autores, pero no los referenciaré en este apartado. Hay quien ha aprobado teniendo solo un par de títulos genéricos y antiquísimos; quien considera que los libros citados deben estar súper actualizados (en informática, por ejemplo, lo entendería, pero en literatura…) y quien opina que es simplemente un apartado que debe figurar, pero que no aporta nota por más que te lo trabajes. Comprender la subjetividad de los tribunales siempre estará fuera de nuestro alcance.
Técnicas mnemotécnicas para estudiar la bibliografía de las oposiciones
Algunos compañeros tratan de recordar los libros asociando los nombres o los apellidos de los autores a personas que conocer en la realidad. Otros necesitan reescribir una y otra vez las referencias bibliográficas ¡esto es superior a mis fuerzas! Soy profe de Bio recomienda crear logos personalizados con elementos que te recuerden a los autores, los títulos y las editoriales. ¡Una obra de arte! El diseño no es lo mío, así es que me costaría más establecer este tipo de relación para conseguir el logo que memorizarlo a palo seco, pero si eres una persona a quien los estímulos visuales inspiran, tendrás que probarlo. Más sencillo me resulta el consejo de imprimir las portadas de los libros para ejercitar nuestra memoria fotográfica. Con un poco de suerte (en lengua y literatura no siempre pasa) tendrán un diseño atractivo y peculiar, con un dibujo, fotografía o composición que llame la atención, que no se limite a plasmar simplemente el título y el nombre del autor. Vistos con este formato, puede que se obre el milagro y te resulte más apetecible acercarte a los datos bibliográficos.
Trucos para salir del paso si eres realmente incapaz de memorizar la bibliografía
Si te sientes realmente incapaz de estudiar la bibliografía para la oposición, lo importante es que no se note que se te ha resistido, o que ni siquiera has hecho el intento. Un truco es sustituir las referencias bibliográficas, con el tradicional formato APA, por una justificación redactada acerca de los títulos y autores seleccionados para defender tu tema. Me parece una alternativa original, que además te salva de memorizar ciudades, editoriales e incluso años de publicación, pero la duda siempre estará presente: ¿nuestro tribunal será clásico y querrá citas de las de toda la vida? ¿O va a alabar nuestra creatividad con este nuevo formato?
Una variante es la de quienes consideran que si ya han ido citando, en estilo directo o indirecto, a diferentes autores, con sus respectivos años, dentro del texto de la defensa del tema, no tienen por qué incluir las referencias bibliográficas tradicionales al final. Yo también las incluyo en el texto, pero a mí no me deja tranquila, porque si la convocatoria exige el apartado de bibliografía como parte del tema ¿quién se arriesga a no poder al menos cualquier cosa que haga bulto?
Otra idea que uso cuando me atasco en la memoria es decir que han sido publicados por la editorial Cátedra en Madrid, o Gredos en Madrid, porque las empresas que más han publicado sobre mi especialidad. Intenta ver cuáles son las editoriales y ciudades que más se repiten entre tus obras de referencia y en caso de quedarte en blanco ¡recurre a ellas! Porque ¿de verdad el tribunal va a detenerse a comprobar si ese libro salió a la luz en Madrid o en Barcelona y quién ha pagado la edición? Los más valientes han llegado a inventarse títulos, autores y fechas con todo el cuajo del mundo y tampoco ha pasado nada.
Sinceramente, entre que el tribunal puede que haga una lectura en diagonal de los temas y que es un apartado tan mecánico y poco personal ¿de verdad van a restarte puntos por la bibliografía? Hasta aquí este intento por compartir los trucos que han sido de utilidad a otros compañeros. Si se te ocurre alguno mejor ¡no dudes en dejarlo aquí para la posteridad!
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