Opositar viene unido a un vocabulario relacionado con la planificación, la organización, la constancia y el cambio en nuestras rutinas, así como el desarrollo de ciertos hábitos que nos impulsen a lograr nuestro objetivo final. Tanto en mi etapa como estudiante como en mi vida profesional, siempre he sido una persona organizada. Sin embargo, nunca había afrontado la preparación de una oposición y en los primeros meses del proceso leí varios libros como Hábitos atómicos, de James Clear, con la certeza de que me orientarían para aprovechar mejor mis 24 horas del día. Este autor parte de la idea de que cambiar un hábito, por pequeño que sea e insignificante que parezca, puede dar resultados extraordinarios si eres una persona constante que logra mantenerlo en el tiempo. Pone un ejemplo sencillo: una mejora de un 1% en cualquier ámbito puede parecer poca cosa, pero a largo plazo los resultados son asombrosos. Lo bueno es que no promete imposibles ni magia de la noche a la mañana.
Haz de la constancia la base de tu sistema
En Hábitos atómicos, Clear explica que si un día comes súper sano y vas una hora al gimnasio, no verás consecuencias favorables en tu salud, pero ¿Y si haces lo mismo 3 días a la semana durante 2 años? ¿Crees que notarás la diferencia? Habla de proponerte una meta y crear un sistema con los pasos que vas a seguir habitualmente para lograr el resultado que quieres. Da igual si es perder peso, ahorrar dinero o aprobar una oposición. Nada ocurre por pura suerte y lo más difícil es ser persistente.
Hábitos atómicos, obvios, atractivos, sencillos y satisfactorios
El inicio del cambio es lo más difícil, pero cuando de verdad logramos crear un hábito, lo realizamos sin esfuerzo, sin pensar. Con estos 4 pasos, James Clear facilita el principio de ese cambio: cuando tenemos delante aquello que queremos lograr, agendado, escrito o incluso pactado con un amigo para hacerlo conjuntamente (hacerlo obvio) no ponemos excusas para no afrontarlo o postergarlo; si unimos el nuevo hábito a una rutina que ya existe en nuestro día a día y que nos gusta especialmente, lo hacemos atractivo y no trataremos de evitarlo (por ejemplo: después de estudiarme dos páginas nuevas miraré un capítulo de mi serie preferida en Netflix); tenemos un programa de pasos sencillos para lograr el objetivo (dejar el escritorio con todo preparado para madrugar y empezar directamente a estudiar, o empezar dedicando solo una hora al día para saber que podemos avanzar sin saltarnos la rutina e ir incrementándolo con el tiempo); lo hacemos satisfactorio por ejemplo midiendo nuestro progreso (viendo el opotracker con todo lo estudiado, o el montón de temas que ya no tenemos pendientes). Además, medir te da datos reales de tus avances, de tu constancia y evita que caigas en el error del todo o nada. Es entonces cuando de verdad estamos en el buen camino para integrar en nuestras vidas esos nuevos hábitos atómicos.
Los hábitos atómicos ¿aumentarán mi motivación?
Para lograr esa constancia que necesitamos, Clear propone varias técnicas, desde la creación de un contrato de hábitos, verbal o escrito, en el que detallas cuál será tu autocastigo si no lo cumples, hasta pedir apoyo externo a alguna persona que o bien quiera lograr el mismo objetivo que tú, o se comprometa a empujarte para que tú sí cambies tus hábitos y logres lo que te has propuesto. En cierto modo, este es uno de los papeles clave de las academias y los preparadores de oposiciones: son esas personas que, previo pago, se convierten en figuras a quienes rendir cuentas de tu estudio cada semana. Una táctica clave está en dividir tu objetivo en tareas que por sí solas resulten sencillas. La suma de estas pequeñas partes dará lugar a la consecución de un objetivo más complejo, pero abordándolo de esta manera no necesitaremos siempre estar a tope de motivación para empezar con nuestra rutina. Serán tareas asequibles que no nos molestará iniciar.
En Hábitos atómicos, proponen hacer tanto reflexiones como revisiones de nuestros hábitos para asegurarnos de que realmente son correctos y no podemos optimizarlos más. A nivel práctico, sin ser un libro específicamente diseñado para opositores, sino un método de organización general, me ha gustado mucho más que Mañanas milagrosas. Supongo que se debe a que esta es mi manera de actuar de forma natural: trabajo y más trabajo, constancia, optimismo y el gusto que da echar la vista atrás y mirar el punto en el que empecé y el lugar en el que me encuentro ahora. Cambios diminutos (¿qué son mis 2 horas de estudio al día frente a quien jura estar encerrado 12?) que acaban dando sus frutos gracias a la perseverancia.
¿Has leído este libro? ¿Conoces algún otro título que nos pueda ayudar a enfocar la vida y sus grandes proyectos vitales de una forma razonable y posible?
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