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Opositora y madre (VII): mi horario diario de estudio

Opositora y madre horario diario de estudio

Hoy no te voy a hacer ni introducción a mi horario diario de estudio ni nada porque bastante faena te hice la semana pasada no dando por concluida mi organización de una semana de estudio en la vida de una madre opositora. Así es que vamos a entrar en materia a la de ya.

Mi horario diario de estudio como mamá opositora

Te detallo ahora lo que es un día laborable normal en mi vida actual:

  • 5:30. Me despierto, sin necesidad de despertador, porque mi hijo suele encargarse de esto. En caso de que no lo haga ¡sigo durmiendo! Aunque mi cuerpo ya se ha acostumbrado a este horario y generalmente no suelo dormir más allá de las 6:30 de la mañana. Esto quiere decir que en función de la hora a la que me levante, antes de empezar con el resto de obligaciones del día habré conseguido entre 1 y 2 horas de estudio. Te recuerdo que mi objetivo es lograr entre 15-20 horas semanales para la preparación de las oposiciones en 2021 porque con el trabajo y los niños no puedo aspirar a más. Si ya lo logro a primera hora de la mañana ¡esto solo puede ir a mejor!
  • 7:30. Aquí se paraliza el mundo porque empiezo a preparar el desayuno, poner lavadoras, despertar niños, etc. Después de dejarlos en el colegio, suelo aprovechar para hacer camas, recoger mínimamente la casa, tender la ropa, ducharme y así liberar la mente de ese pensamiento constante de que “estoy en casa y con todo por hacer”. Si no he madrugado lo suficiente, en este tiempo de vuelta a casa sin los niños, duchas y tareas domésticas, conecto mis temas en formato audio y esa es la música que me acompaña. Ojo, porque puede parecer una miseria, pero esto suma 40 minutos más de tiempo de estudio. Si solo había logrado sacar una hora nada más levantarme ¡antes de las 10 de la mañana ya tendré 1:40 de las 2 horas que me había propuesto! Y no sé qué te parecerá a ti la técnica de grabar los temas, pero en mi caso me han servido para memorizarlos como si fueran letras de canciones y soy capaz de repetirlos palabra por palabra antes de que la grabación lo haga. 
  • 10:00-17:00. Empieza mi jornada laboral. Por suerte, trabajo desde casa, así es que no pierdo tiempo en desplazamientos. En realidad, suelo tener que alargarla hasta las 18:30 ó 19:00 porque de ese tiempo de mi jornada (que es muy flexible) tengo que descontar el tiempo de hacer la comida, comer, ir a recoger a los niños al colegio, hacerles la merienda, etc.). En función de si un día tengo ya comida congelada, que solo haya que calentar, o debo cocinarla, este rato será más o menos largo, así es que me vuelvo a dar a los audios. Según la complejidad de la receta y en el ratito de ida hasta el colegio, vuelvo a disponer de al menos otros 45 minutos para estudiar. Con lo cual, incluso aunque no me hubiera levantado temprano, solo con los ratos de repasos en audio al realizar otras tareas de la casa, ya llevaría 1:25 horas de las 2 horas que me había propuesto. Si gano tiempo porque puedo evitarme cocinar, logro estudiar temas en profundidad entre 45-60 minutos a mediodía.
  • A partir de las 19:00. La vida termina para mí ¡literalmente! En la organización de una semana de estudio como opositora y madre, a esta hora empieza la rutina infantil de bañeras, cenas, crear ambiente para irnos a dormir temprano y demás. Mientras hago la cena puede que recupere otros 20 minutos de audio, o si ya he alcanzado las 2 horas (o estoy cerca) deje la mente libre y me vaya directamente a Netflix, podcasts o cualquier otro tema de ocio. El resto del tiempo es para la vida familiar, de forma que me acuesto a la vez que mis hijos, en torno a las 10 de la noche. Podría decir que lo hago para poder estar fresca a las 5:30 de la mañana, pero en realidad es porque suelo estar ya muy cansada como para ampliar el horario diario de estudio. ¡Normal, después del trajín del día! Si no tengo sueño, me voy a la cama igualmente y procuro leer ¡los temas de la oposición! ¡Es broma! Bueno, alguna vez sí lo he hecho porque no me acostaba tranquila, o porque durante el día no había podido cumplir con el horario por algún contratiempo, pero lo normal es que lea por placer. Como mucho, a las 11 habré pasado a mejor vida hasta que el niño, o mi reloj interno madrugador, me vuelvan a sacar de la cama.

Organización del estudio de la oposición los fines de semana

Entre el sábado y el domingo logro sacar 5-10 horas más de estudio, en función de lo que se me haya descuadrado la semana laboral, porque todos tenemos días de imprevistos, de citas varias que son inevitables, reuniones, etc. El fin de semana procuro seguir levantándome a la misma hora, de forma que antes de que los niños desayunen, sobre las 9 de la mañana, ya haya logrado 3 horas de muchísima concentración a solas y en silencio de forma ininterrumpida. Sí, entre semana ya ves que suelo ir de mini sesión en mini sesión, aunque para mí lo ideal sería el modelo de mi fin de semana: muchas horas por delante y rindiendo al máximo. Pero debes aprender a adaptarte a tus circunstancias y en lugar de luchar contra ellas ¡amóldate a lo que puedes aprovechar en tu situación actual! Tras el desayuno, tanto el sábado como el domingo, logro al menos otras 2 horas de tiempo para la oposición, a veces a saltos, mientras nos duchamos todos y nos preparamos para salir de casa. Normalmente, antes de la 1 del mediodía doy por finalizado el estudio de fin de semana y dispongo de dos tardes y noches muy largas para desconectar de la oposición.

¿Una madre opositora nunca descansa?

Por supuesto, porque entonces no estaríamos hablando de opositar para obtener una plaza, sino de reventar y morir por el camino. En mi caso, no me cuadra la opción de tomarme un día entero de descanso a la semana y prefiero distribuir esas horas entre las tardes del sábado y del domingo. Además, entre semana, a partir de las 7 de la tarde suelo estar exclusivamente con mi familia, a no ser que me vea realmente apurada en algún asunto del trabajo o de la oposición y deba robarles algo de tiempo para que el retraso en el plan no se me haga bola y se me convierta en una carga mental insoportable. Pero no es lo normal. Al haber empezado a prepararme la oposición 2 años y medio antes de la fecha en la que se espera mi convocatoria (aunque ya solo falta uno), tengo mucho margen para planificar mis días de vacaciones y no estresarme si una semana sufro retrasos en mis objetivos. No es lo mismo empezar a opositar a 6 meses vista (en mi situación sé que no hubiera sido factible) que con la tranquilidad de trabajar de forma constante con años de margen. Yo me obligo a cumplir mis metas como si mi oposición fuera a producirse ya, pero en realidad sé que me queda mucho por delante y esto me ayuda a relativizar cualquier contratiempo y a no tirar la toalla por desesperación.

Como ves, no hay trucos mágicos ni ciencia oculta, simplemente un objetivo marcado que me he comprometido a cumplir sea como sea. Mi fórmula preferida es la de madrugar y haber concluido con mi sesión de estudio antes de que los niños se levanten. Sin embargo, he descubierto que esas pequeñas píldoras de entre 20-40 minutos que logro arañar mientras hago otras tareas ¡son un alivio tremendo! Además de resultarme verdaderamente útiles en el punto de memorización y repaso del temario en el que me encuentro actualmente. 

¿Logras tu objetivo habitualmente? Si tienes algún consejo que pueda iluminarme, por favor ¡comparte!

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