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Meditación para opositores. ¿Sirve de algo?

Meditación para opositores

Además de madrugar para aprovechar el día, y la afición a los podcasts y audiotemas para poder hacer algo más cuando tengo las manos ocupadas, la meditación para opositores es otro de los descubrimientos que han llegado a mi vida con el propósito de quedarse para siempre jamás. Durante el embarazo de mi segundo hijo, me invitaron una vez a una sesión de mindfulness para embarazadas y me pareció una técnica de relajación genial. Sin embargo, no se me ocurrió buscarme la vida por mi cuenta y se quedó solo en eso, en una experiencia puntual, maravillosa pero sin mayor trascendencia. 

Con la llegada de la oposición, unida al máster, el trabajo, mis hijos y sobre todo al periodo de prácticas del máster en el que tenía que compaginar una doble jornada laboral (la mía, por la que cobraba, y la de docente en prácticas, para superar las 200 horas del máster) la vida se me hizo literalmente un nudo en la garganta. Y es que un mediodía, en esos 40 minutos que tenía para prepararme la comida, comérmela y salir corriendo a recoger a los niños del colegio (sí, raramente comía algo más que un bocadillo) me senté a la mesa y noté cómo a pesar de tener hambre, mucha, era incapaz de tragarme lo que tenía en la boca. Nunca había tenido esa sensación. Era como si un tapón me impidiese el paso de los sólidos, hasta el punto de que cuando conseguía tragar me dolía muchísimo la garganta. Pero es que incluso tenía la impresión de que el aire se quedaba ahí, estancado en el cuello y sin llegar a los pulmones. Así es como me eché en brazos de la meditación para opositores ¡y por ahora me estoy ahorrando terapias mayores!

Apps de meditación para opositores

Mi primer descubrimiento me vino como anuncio dentro de mi app del control del tiempo de concentración para el estudio, Forest. Era recurrente la aparición de publicidad relacionada con Petit BamBou y, de tanto verla, tuve que probarla. ¡Qué maravilla! Para ser mi primer contacto con la meditación me pareció superatractiva, porque obviamente me estoy iniciando en esto (bueno, ya llevo casi 6 meses siendo una alumna disciplinada) y necesitaba que las sesiones fueran guiadas. En Petit BamBou tendrás 8 sesiones de iniciación gratuitas, que yo he repetido varias veces porque desde la primera sesión, así las hiciera a media mañana, a mediodía o de noche, ¡me dormía a los pocos minutos! Estamos hablando de sesiones de unos 15 minutos ¡y yo no llegaba consciente ni a la mitad! O sea, que desestresada me dejaba, y relajadísima también, pero no aprovechaba el resto de ventajas y paz mental que aporta la meditación para opositores y para cualquier criatura estresada. 

Como la versión gratuita es tan corta, antes de decidirme a pagar por la versión Premium probé con otra app de meditación que también tenía muy buenos comentarios: Lojong. El precio de la versión premium es igual que el de Petit BamBou, si bien la ventaja de Lojong es que tiene muchos más programas con sesiones de prueba gratuitas. Su uso me parece menos intuitivo que el de Petit BamBou, las sesiones más confusas (están divididas en varios audios y hay que estar manipulando el dispositivo móvil todo el rato para seguir avanzando o para esquivar aquellas en las que se habla de lo divino y lo humano, pero que no son parte de la meditación propiamente dicha) y algunas de las voces de los guías no me resultan atractivas. Igual fue la novedad que Petit BamBou trajo a mi vida, pero me gusta mucho más y soy adicta a la voz de su narradora.

Meditación ¡también en Netflix!

Al poco de iniciarme con mis primeros intentos de reflexión personal, Netflix estrenó Headspace, una pequeña serie documental de 8 episodios con los principios más básicos de la meditación. De repente ¡me sentí como una experta! Claro, porque en realidad solo había estado realizando sesiones para principiantes, con lo cual, el tema de las distintas respiraciones, de cómo gestionar esos pensamientos que parecemos no poder olvidar ni durante unos minutos, la importancia de la postura corporal, etc. ya lo tenía más que repasado. Además, para meditar prefiero hacerlo con los ojos cerrados y la serie de Netflix tiene un formato que a mí me obligaba a hacer las sesiones con los ojos abiertos, porque pensaba que me perdería algún elemento visual que el narrador no iba a describir con palabras. Creo que es un buen documental si nunca antes has meditado, porque conocerás los beneficios de la técnica, algunas de sus pautas básicas ¡y no te quedarás dormido!

Canales de meditación en YouTube

Como tengo claro que a mí la meditación me conquista por el oído y que no necesito la parafernalia visual, ni ver entornos idílicos, ni paisajes relajantes, no he experimentado mucho con esta posibilidad, pero sí me he suscrito a un par de canales de YouTube que cuentan tanto con opciones de meditación guiada (las que yo uso) y otras en las que simplemente hay imágenes, sonidos o música evocadores que fomenten la concentración. La primera a quien descubrí fue a Xuan Lan Yoga, actividad que se me da fatal y que intento hacer, pero con poca frecuencia, porque no me da la vida y cuando lo intento con los niños es un desbarajuste. Entre sus vídeos descubrí la colección Meditación y pranayama y qué quieres que te diga, a mí esta mujer me encanta, tanto por la puesta en escena como por la serenidad que transmite y que tanto envidio. Tiene sesiones supercortas, desde 6 minutos, así es que para momentos en los que solo se nos ocurren excusas sobre nuestra falta de tiempo como opositores para no desconectar ¡menos dedicación ya es imposible! Como me gustó, y en YouTube hay tantísimo contenido interesante y gratuito, hice una búsqueda superficial y me suscribí también a Meditación 3, que si bien me hizo pensar que a mí me faltaban el 1 y el 2, lo cierto es que también me es útil para seguir las clases guiadas a ciegas y sin mirar la pantalla. Eso sí, tiene sesiones estupendas, pero algunas larguísimas de más de una hora. Yo intento encontrar hueco para 15-20 minutos diarios de meditación, pero no puedo aspirar a más de momento. Cuando lo he intentado, ha sido de noche ¡y me he quedado plácidamente dormida!

En definitiva, la meditación me libera la cabeza de todas esas cargas mentales que nos acechan a cada instante. Me permite dejarlo todo aparcado por unos minutos, respirar de verdad y situarme en una posición de calma que hacía tiempo que no experimentaba. Además, lo mejor de todos estos beneficios es que se notan desde la primera sesión, porque otra cosa no, pero todos somos muy ansiosos a la hora de querer ver los resultados de nuestras actividades lo antes posible.

¿Tú también dedicas unos minutos al día a meditar? ¿Qué apps, canales o profesionales son tus favoritos?

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