Debo decir que memorizar no era algo que me hubiese dado miedo hasta ahora, y hasta ver la extensión de un temario como el de Lengua castellana y Literatura para la oposición, no me hubiera atraído jamás un libro como Memoriza como Sherlock Holmes, de Steve Allen. Y es que aquello de estudiar a la antigua, aprediéndolo todo de memoria para largarlo durante un examen como si fuera un papagayo, se me daba estupendamente. Con el paso de los años, y también con el cambio de tipo de estudios, me di cuenta de que memorizaba mucho mejor aquello que realmente entendía. Eso de saber explicar lo aprendido con tus propias palabras creo que es la clave del verdadero aprendizaje, porque una vez que lo haces tuyo y eres capaz de transmitírselo a los demás es cuando queda claro que has aprendido cualquier concepto. También es verdad que la memorización a palo seco como método de estudio tiene muy mala prensa, tanto por la poca utilidad que demuestra en la mayoría de los casos (aunque personalmente sigo considerando que es imprescindible en muchas ocasiones), como por el hecho de que lo memorizado solía tener un recorrido muy corto en nuestra mente: lo aprendías para soltarlo de sopetón en un examen y a la hora siguiente hay quien reconocía no acordarse ya de nada. Bien, pues esto es algo que tampoco me pasaba, e incluso hoy puedo recordar listas completas de cosas memorizadas en primaria.
Pese a todo, nada te prepara para ese momento de meterte entre pecho y espalda el temario de una oposición en la que las preguntas son de desarrollo, no de tipo test, y tienes que empezar a memorizar tus 72 temas, o los que hayas decidido según el juego de la probabilidad, a lo largo de meses o de años ¡sin que se te olvide nada con el tiempo! Lo primero que descubrí fueron los sistemas de vueltas y de arrastre para estos casos, eligiendo yo un modelo mixto entre ambos. Pero entre los miedos del opositor no deja de estar el de que se te vaya a olvidar un tema (o muchos) entre un repaso y el siguiente. Por eso, cuando se cruzó este libro ante mis ojos, pensé que igual estaba desaprovechando alguna técnica de estudio que pudiera ayudarme, como ya me ocurrió con los subrayados para mejorar la memoria visual y fotográfica, o la grabación de temas en audio.
¿Cómo has memorizado hasta ahora?
No sé tú pero yo lo hacía exactamente como se comenta en Memoriza como Sherlock Holmes: mi cerebro almacenaba las palabras mediante la repetición, repitiendo una y otra vez las listas de cosas que necesitaba recordar. Defiende el autor que esta modalidad no volverá a ser necesaria y tampoco tendremos que pasar por otras torturas como inventar canciones con las palabras clave, reescribir el texto una docena de veces, o ir pegándolo por todas partes a la vez que redecoramos toda la casa.
El palacio de la memoria ¿has estado en él?
El nombre me parece precioso (también se conoce como método de Loci) y es en esta técnica en la que se basa la propuesta de memorización de este libro para ser capaz de retener cualquier tipo de información, no solo listas de objetos. Resaltando las fortalezas de la memoria espacial, consiste en vincular aquello que debes recordar a una serie de lugares que conoces muy bien. Dice Allen que si puedes cerrar tus ojos ahora mismo y caminar mentalmente por tu casa, entonces tienes todas las habilidades necesarias para usar esta técnica. Si has visto la serie de Sherlock Holmes que se ha popularizado desde hace unos años, verás que este es el método que utiliza el protagonista para desentrañar sus casos. Su éxito reside en que para nuestro cerebro es muy fácil recordar cosas que están asociadas a lugares conocidos. En realidad, el método no consiste en memorizar, sino simplemente en ver y visualizar, como si tuvieras las imágenes de una película en tu cabeza. No solo se utiliza la vista sino todos los sentidos. Los lugares escogidos suelen estar dentro de nuestra propia casa, o en casas de amigos y familiares que conozcamos bien, el centro de trabajo, los lugares de ocio, incluso dentro de escenas de videojuegos. Hay una enorme variedad para elegir. También se pueden edificar palacios de la memoria en rutas que realizamos habitualmente por nuestra ciudad, por ejemplo. Una vez elegido el lugar, se pueden subdividir los palacios de la memoria y empezar a completar los puntos de parada que tendrá cada viaje, de forma que asignes los datos que quieres memorizar a algún punto relevante de ese espacio que te permita desplazarte mentalmente de forma lineal, sin retrocesos.
Memoriza como Sherlock Holmes ¡si puedes!
No sé si habrás probado esta técnica pero a mí me resulta desesperante. No tengo paciencia ni para seleccionar dónde voy a ubicar el palacio y, además, los contenidos de Lengua castellana y Literatura no suelen constar normalmente de listas o puntos sueltos que memorizar, sino de grandes apartados de desarrollo. Quizás podría resultarme de utilidad para tener presente el índice con los puntos imprescindibles de cada tema, pero digamos que la rentabilidad me parece poca para lo mucho que me cuesta hacerme con el método. Como todo, sería cuestión de practicar y tener paciencia, y si bien me parece útil para cuestiones menores o contenidos con ítems sintéticos y bien diferenciados, para un tema de la oposición no me acaba de cuadrar. En fin ¡seguiré buscando nuevos métodos o afianzando los que ya me funcionan!
¿Te sonaba esto del palacio de la memoria? Si lo usas habitualmente ¿te costó mucho tiempo adoptar tu sistema definitivo? ¿Te sirve para memorizar contenidos de desarrollo o solo listas?
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