Decidí opositar por mis cuñados, funcionarios docentes, de primaria y secundaria desde 2018 y 2019, respectivamente. Lo tenían reciente, me animaron, ambos se prepararon por libre, trabajaban y opositaban, uno como docente y el otro en algo totalmente ajeno a la enseñanza… Algo más jóvenes que yo y sin la carga de los hijos, pero bueno, su historia me sirvió para motivarme, para lanzarme y comenzar a prepararme. Una vez dentro del proceso, recordé que mi propio hermano también había sido opositor a uno de los cuerpos de fuerzas y seguridad del estado ¡el tercer caso súper cercano para inspirarme! Su experiencia me resultaba más distante, tanto en el tiempo como en el tipo de oposición, pero también se preparó por libre y si echo la vista atrás lo recuerdo sin salir los fines de semana en plena juventud y con muchas horas de encierro ante sus tochos de temario. Estas historias, que fueron muy inspiradoras en mis inicios, me pesan cada vez más a medida que se acerca la publicación de mi convocatoria y la fecha de la primera prueba de la oposición. ¿Por qué? Porque creo que los éxitos de esos opositores, al establecer las inevitables comparaciones, ensombrecen la fase final de mi camino.
Esos opositores que te hacen sombra: aprobados con plaza a la primera
Y no solo a la primera sino en un plazo de entre 4 meses (el que menos se preparó) y 9 meses (el que más tiempo dedicó). Si yo lo consigo a la primera, habré invertido 2 años y medio. Es verdad que siendo madre trabajadora la vida se complica mucho para establecer rutinas de estudio diarias, programaciones realistas semanales, etc. Si consigo plaza a la primera ¡todo habrá merecido la pena! Pero si no lo logro, además, de la decepción lógica, al compararme sería la única opositora de mi familia que no lo hubiese conseguido al primer intento, y aunque no partamos del mismo punto de salida, es inevitable comparar y sentir un fracaso aún mayor ante esta posibilidad.
Con destino definitivo en sus ciudades preferidas
Dos de ellos lograron plaza en el destino que habían escogido como primera opción y el otro en la segunda. ¡Mejor, imposible! A priori, este era uno de los puntos que me preocupaba menos, porque por suerte en mi zona suelen proliferar las plazas y muy mal se me tendría que dar la cosa para no conseguir destino en un municipio cercano a mi domicilio. Mi hermano quedó en el puesto 71 entre más de 2.800 opositores. En su momento me pareció meritorio, pero ahora veo su nombramiento ¡y me da vértigo esa altura! Al ser lo mío un concurso oposición, parto con la desventaja de no tener puntos de experiencia, así es que aunque hiciera una fase de oposición impecable, mi nota bajará muchísimo. Sin embargo, mirando los resultados de anteriores convocatorias, en las que incluso han sobrado plazas de mi especialidad, aunque no vaya a pasar a la posteridad por romper la puntuación, al menos me consuelo pensando que lo importante es obtener la plaza, con la nota que pueda.
¿Cómo es tu entorno opositor?
Por una parte, contar con estas experiencias tan cercanas me ha sido muy útil para comprender las exigencias de la convocatoria, saber más o menos qué sorpresas me puedo encontrar en función del tribunal asignado, cómo organizarme la preparación de la oposición totalmente por libre, saber que otros opositores trabajadores han conseguido su objetivo a la primera, sin dedicarse a opositar a jornada completa, cómo jugar con la probabilidad para rentabilizar cada minuto de esfuerzo y varios trucos más para avanzar. Por otra, siento esa presión añadida, porque no me enfrento a los típicos comentarios de la vecina del quinto acerca de que la prima segunda de una tía abuela suya, aprobó esta misma oposición en 6 meses ¡es que yo lo he vivido en mi propia familia! Sin preparador, sin academia y sin nada de nada. ¡Triunfaron solos y a la primera!
Siempre trato de ser optimista a la hora de compartir mi experiencia como opositora y madre, pero el cansancio se va acumulando, llevo casi 2 años dedicando cada minuto libre a la oposición y empiezan a aflorar estas dudas. Sin embargo ¿no son estos altibajos el pan de cada día de un opositor? ¡Quizás indiquen que ya soy opositora de pleno derecho! ¿Qué temores tenías tú al opositar? ¿Las comparaciones con familiares u otras personas de tu entorno minaban tu confianza?
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