Secundaria

Guía para implementar el pensamiento crítico en el aula. ¿Tus alumnos piensan?

pensamiento crítico en el aula

Los profesores tenemos grandes ideas en mente, enormes proyectos que queremos poner en práctica para que nuestro alumnado aproveche de verdad la enseñanza en las aulas y sepan valerse por sí mismos fuera de ellas. A veces, estos planes chocan con la realidad de un alumnado que no está por la labor de remar en la misma dirección y tienes que rehacer todos esos fantásticos proyectos para que tus criaturas asienten antes conocimientos más básicos como respetar el turno de palabra, la opinión ajena, aceptar las diferencias, ejercitarse en la tolerancia… Pero una vez superados estos primeros escollos (en mi caso me los he topado con alumnos de 15 años) la necesidad de afianzar el pensamiento crítico en el aula es uno de los objetivos que tenemos muchos docentes. Si te suenan esos tópicos de que el alumnado debe pensar por sí mismo, estar informado, discernir las fuentes de las que obtienen la información y ser capaces de decidir de forma autónoma, sin dejarse manipular el libro Guía para implementar el pensamiento crítico en el aula, de Daniel Albertos, te dará pautas claras y ejemplos para llevar este contenido a tu clase.

Guía para implementar el pensamiento crítico en el aula de secundaria

El autor trata de adelantar en el tiempo una técnica que es habitual en la universidad, pero que brilla por su ausencia en la etapa secundaria e incluso en bachillerato. Por ejemplo, en mi materia, lengua castellana y literatura, la comprensión lectora y el debate posterior es algo que suele poner los pelos como escarpias a mis alumnos. ¿Cómo puede ser? Incluso escogiendo temas de actualidad y de su interés, como la caída a nivel mundial de Instagram y WhatsApp, un asunto que podría resultarles relativamente fácil porque todos son usuarios de ambos sistemas, les resulta complicado expresar su propia opinión, identificarse o no con una de las que se exponen en el texto porque no llegan a comprenderlo del todo o no saben argumentar a favor o en contra de ellas. Este libro nos insiste es que el dominio del pensamiento crítico solo se consigue practicando, por lo que es imprescindible que en esta etapa se lleven a cabo el mayor número de actividades posible que les permita este ejercicio. La guía incluye propuestas que pueden valer para todo tipo de materias ya sean de la rama científica o social.

¿Qué nivel de pensamiento crítico detectas en tu alumnado?

Las diferencias pueden ser tremendas si comparamos distintos centros, pero incluso dentro del mismo instituto no se pueden establecer semejanzas entre distintos grupos y, a nivel individual, no todos los alumnos presentan el mismo grado de madurez en su pensamiento. Si valoro algunas de mis experiencias personales, me he topado con alumnos de 13 años con una capacidad crítica, reflexiva y argumentativa asombrosa, y con otros a un paso de la universidad que han elaborado proyectos de ciencias basando sus hipótesis referencias “bibliográficas” extraídas de publirreportajes de la prensa del corazón. La cantidad de información de la que disponemos gracias a internet es un arma de doble filo, puesto que el acceso es libre tanto para conocer los argumentos de fuentes de autoridad, como de cualquier chiflado que consiga cierta relevancia con sus pseudociencias en redes. Dentro de los pasos que se detallan en el libro a la hora de ejercitar el pensamiento crítico, esta distinción entre el grado de fiabilidad de una fuente me parece esencial. Si nuestros abuelos justificaban que algo era cierto o no en función de “es que lo han dicho en la tele”, casi tres cuartos de siglo después deberíamos haber avanzado algo en este terreno. El problema es que también hay muchísimos adultos con la capacidad crítica atrofiada, o poco ejercitada, por lo que esa confianza ciega en cualquier cosa publicada en los medios sigue siendo un aspecto que se debe seguir trabajando mucho.

¿De dónde sacar el tiempo necesario para abordar el pensamiento crítico?

La guía de Daniel Albertos incluye casos prácticos y también los problemas y posibles soluciones para lograr una implementación exitosa del pensamiento crítico. Como de costumbre, nos encontraremos con actividades que pueden requerir varias sesiones de clase y el tiempo siempre va en nuestra contra porque ¡no podremos llegar al final del libro o de la programación anual de aula! Lo ideal sería poder llevar a cabo las actividades en el aula, de forma que aunque trabajen en grupo de forma autónoma, el profesor pueda ejercer de guía y solventar las dudas que se presenten a medida que avancen en sus indagaciones. Para actividades más sencillas, la técnica del aula invertida puede ser un ahorro tremendo de tiempo, puesto que el alumnado puede visionar o leer en casa la documentación necesaria y utilizar el tiempo de clase para hacer un intercambio de posturas. Por experiencia propia diré que el problema es que ni todos los grupos ni todos los alumnos son igual de disciplinados y cuando te encuentras con que solo 5 miembros se han preparado la actividad con anterioridad, esta deja de tener sentido. En definitiva ¡tenemos que lograr adaptar las actividades tanto al interés como al grado de madurez y compromiso de nuestro alumnado!

La guía es una herramienta de trabajo breve, fácil de comprender y muy ilustrativa para cualquier docente. ¿Tienes desvelos con la capacidad crítica de tus estudiantes? ¿Qué otros temas consideras fundamentales para la etapa de secundaria?

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