Jamás imaginé que me vería en estas: soy madre y quiero ser profesora de secundaria. Estudié periodismo porque lo que más me gustaba era escribir, leer, comunicar, aprender constantemente de los temas más diversos, dar rienda suelta a los miles de intereses de lo más dispar que iba acumulando a lo largo de mi vida. Durante los primeros meses en la universidad, me di cuenta de que el trabajo que yo había idealizado no se correspondía en absoluto con la realidad.
Sin embargo, siempre había sido una buenísima estudiante, jamás había dejado nada a medias (entiéndeme, era joven, 18 años recién cumplidos y nada se me iba a interponer en el camino), así es que como alguna profesión debía elegir, y los primeros exámenes de la carrera vinieron a confirmarme que la licenciatura no revestiría mayores complicaciones, la empecé y en 4 años la acabé.
Al elegir tu vocación ¡haz caso a tu madre!
Mi madre siempre pensó que debería haber estudiado Filología hispánica ¡en qué momento se me metería a mí en la cabeza lo del periodismo! 19 años después, tuve que darle la razón. Sí mamá, a mí me sigue apasionando leer, escribir y comunicar, investigar y compartir lo aprendido, y la vida me ha dotado de habilidades pedagógicas incuestionables. No es falta de modestia, de verdad, pero es que cuando me siento a escribir estas palabras de repente me he convertido en una señora de 37 años, con 2 hijos, una inestabilidad laboral como autónoma trabajando en la creación de contenidos digitales y en actividades de community manager, que ya no es sostenible con la conciliación familiar.
Además, noto que me ahogo en mi trabajo actual, que si bien tiene las enormes ventajas de haberme permitido teletrabajar durante 7 años, criar en primera persona a mis hijos y haberme facilitado la conciliación, a medida que los niños han ido creciendo se ha convertido en una profesión muy limitante. Paradojas de la vida: perdí mi anterior trabajo como investigadora en una universidad pública por la imposibilidad de criar a mi primera hija con aquel plan laboral y las medidas draconianas que adoptaron contra mí al anunciar mi embarazo. Y años después, de la forma más increíble, en una comida familiar con mis cuñados (maestro de primaria uno y profesor de inglés el otro, ambos con sus oposiciones aprobadas) me vi sopesando de verdad mi nueva realidad: soy madre y quiero ser profesora de secundaria.
Quiero ser profesora de secundaria pero soy periodista
¿Pero cómo? Si tú has estudiado periodismo y a la universidad no vas a volver. ¿Quién te va a querer a ti en un aula, por muchos conocimientos sobre Lengua y Literatura española que hayas adquirido a lo largo de tu vida, por bien que se te dé el trato con las personas de cualquier edad y a pesar de que ya hayas ojeado el temario de las oposiciones al profesorado de secundaria de 2020 y te haya parecido que podrías hacer el examen de la mitad de los temas de tu especialidad sin haber empezado a estudiar?
Y así, esa primera noche con esa idea loca metida en la cabeza, mientras duermo a mi hijo que aún toma el pecho y no sale de mi cama, me veo metida en internet hasta bien entrada la madrugada. Leo la convocatoria de las oposiciones de 2020 para Cataluña; descubro que antes de ir al examen, y sin tener experiencia previa en el ámbito docente ya parto con algunos puntos en el baremo, y lo mejor: tras demasiados años sin convocar grandes oposiciones para el cuerpo de profesores de secundaria, entre 2019 y 2023 van a tener lugar 3 convocatorias con miles de plazas (muchos cientos para la especialidad que a mí me apasiona) y que puede que sea una oportunidad irrepetible en la vida.
Si tienes claro tu objetivo ¡vamos a por todas!
Tras sólo un par de semanas dándole vueltas a la idea, de muchas charlas con mis cuñados, los ya funcionarios de carrera, y algún que otro encontronazo con mi marido a causa del bandazo laboral que pretendía dar a la vejez, me vi consultando universidades que ofrecieran el Máster Universitario en Formación del Profesorado de Educación Secundaria Obligatoria en versión a distancia. Porque lo que sí era inviable era acudir a clase trabajando a jornada completa y con 2 hijos pequeños que atender.
En menos de un mes había saqueado mi cuenta bancaria para desembolsar el precio de la matrícula del curso, considerado un mero trámite y un sacacuartos para la mayoría, aunque en mi caso reconozco que a mí sí me ha ofrecido teoría y herramientas de calidad, al no tener ninguna experiencia docente previa. Y en mes y medio estaba ya pegada a la pantalla del ordenador, un par de día a la semana a última hora de la tarde (y muchas horas más a saltos cuando buenamente podía) retomando mis estudios, 7 años después de haber abandonado el Doctorado en Comunicación y Periodismo que estaba realizando. Otro daño colateral de mi primera maternidad.
Y este es el resumen de mi historia como madre y opositora. Pasar de querer ser a docente e investigadora en la universidad, dar varios tumbos por algunos trabajos para sobrevivir y poder tener una vida familiar medianamente llevadera y acabar retomando el sueño de dedicarme a la docencia, ahora reconvertida en profesora de secundaria. Así es como he puesto en marcha todos los mecanismos a mi alcance para lograr este objetivo en un plazo máximo de 2 años. Dificultades: muchísimas. Motivación: infinita. Capacidad: bastante digna. ¡Ya veremos qué resulta de todo esto!
La idea de abrir este blog, como otros que he tenido en mi vida, es simplemente el gusto por compartir experiencias con otras personas que se encuentren en esta misma situación (opositando, o simplemente planeando un cambio profesional, o haciendo encajes por cumplir con sus sueños sin desatender el resto de sus obligaciones), así como servir de ayuda a quienes en un futuro busquen información y opiniones sobre si es factible ser madre y opositar, ser madre y cambiar radicalmente de profesión, ser madre y volver a estudiar, etc. Con suerte, una vez logrado mi objetivo (sí, porque hoy tengo un día de opositora optimista) este blog podrá por fin hacer honor a su nombre, y tendría continuidad compartiendo el día a día de una profesora de secundaria novata. Me despido ya, porque tengo que seguir abriéndome camino en el estudio.
¿Por qué decidiste tú opositar o cambiar de trabajo?
2 Comentarios
Mariángeles
5 agosto 2021 at 11:22Orgullosa de mujeres como tú
Profesora de secundaria
16 agosto 2021 at 16:12Bueno ¡ya somos dos en esta situación!