Secundaria

Reuniones de evaluación. ¡El desafío!

Reuniones de evaluación secundaria bachillerato

No puedo decir que se hable poco de la tortura que suele suponer la sesión de evaluación trimestral para todo el equipo docente. La más larga a la que he asistido, en mi corta vida como profesora de secundaria, la abandoné tras 6:30 horas ininterrumpidas para valorar lo divino y lo humano de 4 grupos de 2º de ESO. Aún se prolongó durante una hora más, de la que me libré porque en realidad ¡yo era profesora en prácticas! Tras la experiencia de estas últimas navidades, y la que estoy viviendo en mis carnes durante las últimas semanas del cierre del 2º trimestre, he comprobado que se puede hacer lo mismo en mucho menos tiempo, puesto que en mi último centro superamos este trance con 4 horas para evaluar a 5 grupos de 3º de ESO. ¿Cómo son las reuniones de evaluación en tu centro? ¿Infinitas o expeditivas?

¿Cuál es la utilidad real de las reuniones de evaluación?

En primer lugar, asegurarnos de que todos los profesores hemos puesto correctamente las calificaciones, no se han quedado alumnos sin evaluar, se han aportado comentarios de valor para informar a las familias y orientar el progreso del alumno durante el resto del curso. En segundo lugar, para detectar problemas que van más allá de la mera cuestión académica como el mal ambiente entre compañeros, familias demasiado exigentes o despreocupadas, necesidades especiales de los alumnos, apoyo a la diversidad… En realidad, no son muchas las ocasiones en las que nos encontramos todos los profesores de un mismo grupo reunidos, y la visión que tenemos de cada alumno puede ir en la misma dirección o ser radicalmente opuesta. Ahora bien ¿dónde está el límite entre compartir opiniones necesarias para el buen funcionamiento de un grupo y el progreso de su alumnado, y la tertulia casi televisiva del corazón?

El contenido de las reuniones de evaluación

Que si tenemos alumnos enamorados en clase; que si la madre de fulanito es así o asá (para comentar algo que no va a incidir en el buen hacer del alumno); que si este niño es idéntico a su hermano, que ya la lió cuando fue estudiante aquí; o el caso contrario, con lo buen ejemplar que era su hermano ¿de dónde ha salido este energúmeno? Es cierto que en muchos centros se dejan de comentar los casos de los alumnos excelentes y los que académicamente parecen no tener remedio, extremos que por lo positivo o lo negativo, se suelen marginar, cuando ambos casos pueden tener detrás sus dificultades también. Nos centramos en aquellos que han mejorado, para darles ánimos y ser optimistas tanto respecto a ellos como a nuestro propio trabajo, y en aquellos que suspenden, pero que podrían mejorar si se esforzasen más, porque tienen capacidad. ¿Os suena esta frase? Sé que está muy manida y, sin embargo, ¡qué bien cuadra en tantos casos! Luego toca averiguar por qué la criatura en cuestión no aprovecha esa capacidad, pero esto ¿cuándo se investiga? Porque en las reuniones de evaluación no tenemos tiempo para todo. Para eso existen las reuniones de nivel, de tutores y equipo docente, etc. Si hoy toca evaluar ¡evaluemos, que ya es bastante!

¿Cuál es la duración de una reunión de evaluación trimestral?

¡La gran pregunta! Este año he conocido casos que han ido de 1:45 a 7:30 horas. ¡No están pagadas la cantidad de horas de más y el quebradero de cabeza que supone para quienes tenemos que sufrir el segundo tipo! En mi caso, han empezado a las 15:30 de la tarde, unas de forma telemática, otras presenciales, por lo que he tenido que salir corriendo del instituto a las 14:30, llegar a casa, no comer y sentarme sin cámara delante del ordenador para ingerir algo, o directamente no salir del instituto al que entré a las 8 de la mañana y en que habitaré hasta las 18:30 de la tarde como mínimo. Curiosamente, la verborrea de cada docente influye de forma más determinante en la duración de la sesión que el número total de alumnos que se vayan a evaluar ¡ver para creer! No sé cómo degenerará mi función como profesora en este aspecto, pero en la actualidad, si tres profesores antes que yo ya han hecho el mismo comentario que yo pensaba hacer sobre cierto alumno ¡con darles la razón será bastante! ¿Qué sentido tiene que repita básicamente sus mismos argumentos con mis propias palabras para alargar la charla sin fin?

A pesar de todos los males, con tanto cambio de centro educativo, llego a cada reunión de evaluación con las expectativas más bajas ¡y qué sorpresa cuando todo se resuelve de forma sencilla! Aunque debo reconocer que incluso en las sesiones más extensas, es una experiencia extraordinaria en la que puedes llevarte alguna que otra sorpresa con alumnos que parecen ser una persona distinta en función de la materia o del profesor con el que traten.

¿Qué tal es tu experiencia con estas reuniones trimestrales? ¿Tu centro tiene algún sistema para simplificarlas?

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